San Andrés Cholula, Puebla.- Hace poco más de dos años Javier Farfán llegó a México para participar en un campo de pruebas donde, de manera inmediata, fue invitado por el coach Juan Manuel Solano para estudiar en la Universidad Madero y jugar para los Tigres Blancos.
Javier Farfán, originario de Colombia, no dudó en aceptar la invitación y pronto se convirtió en estudiante maderista y parte del equipo de basquetbol.
Ser parte de UMAD fue una decisión que aportó al desarrollo del estudiante de la Licenciatura en Administración e Innovación de Negocios, pues mientras en esta casa de estudios encontró retos que lo llevaron a crecer en el rubro académico, en la parte deportiva afrontó desafíos que lo convirtieron en un atleta más completo.
“Cuando recibí la invitación de estudiar en UMAD no lo dudé porque sabía que era una gran oportunidad. La parte académica me gustó mucho y también la deportiva, pero me sentí más contento porque sabía que llegaría a una universidad metodista. Mi familia y yo estamos muy felices de tomar esa decisión porque hoy estoy creciendo en todos los aspectos. En la parte deportiva he pasado momentos buenos y otros de retos. En la pretemporada rumbo a la última campaña había trabajado muy fuerte y estaba en mi mejor momento, pero una lesión me impidió tener actividad en la Liga ABE. Al final, esto no lo veo como algo malo sino como una oportunidad de mejorar y superar cada reto que se presenta porque incluso ahora que estoy recuperándome sé que regresaré más fuerte”.
Javier Farfán es un joven de retos y éxitos y esto recientemente lo confirmó al lograr algo que se propuso desde su llegada a UMAD.
“Mi objetivo era alcanzar o superar el 9.6 de promedio académico y con esfuerzo lo conseguí. Es una gran alegría y está dedicado a mi familia, que a pesar de estar lejos siempre me está apoyando”, comentó el basquetbolista maderista.
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