En el segundo día de la Semana de Arquitectura UMAD, las y los estudiantes vivieron una jornada profundamente inspiradora junto a Greta Lukoseviciute, arquitecta, docente e investigadora con una destacada trayectoria internacional, quien compartió su visión sobre el papel del diseño en el bienestar humano y en la transformación de los espacios urbanos.
Formada en la Universidad Técnica de Vilna (Lituania), Greta ha dedicado su carrera a explorar la relación entre la arquitectura, la mente y las emociones. Su trabajo integra la neuroarquitectura, el urbanismo sensorial y la gestión territorial, con especial énfasis en la infancia y la creación de entornos inclusivos, activos y saludables.
Durante su ponencia, titulada “El espacio como herramienta de bienestar”, la arquitecta presentó proyectos innovadores basados en su Método de Medición Multisensorial (MMM), una propuesta que busca medir cómo los espacios influyen en nuestras emociones y hábitos. Además, compartió su investigación sobre cómo el diseño urbano puede mitigar la adicción infantil a las pantallas al fomentar la interacción, el juego y la conexión con el entorno.
“Diseñar no es solo construir muros o edificios; es crear experiencias que conecten con las personas y mejoren su calidad de vida”, expresó Lukoseviciute, alentando a los estudiantes a pensar en la arquitectura como un medio de transformación social.
La Facultad de Arquitectura de la UMAD reafirma así su compromiso con una formación integral, donde la técnica se combina con la sensibilidad, la creatividad y la responsabilidad social. En la UMAD, los futuros arquitectos aprenden a diseñar con propósito, entendiendo que cada trazo puede influir en la manera en que las personas sienten, se mueven y viven.
Porque en la UMAD, la arquitectura no solo se estudia: se vive, se siente y se transforma en experiencias que inspiran el futuro.


