De acuerdo al informe 2023 del Instituto Cervantes —organismo público creado por el gobierno de España en 1991 con el objetivo de promocionar y enseñar la lengua española—, el español es la lengua materna de aproximadamente 500 millones de personas. Si se realiza una sumatoria entre aquellos que la tienen como segunda lengua y quienes la están aprendiendo, el número total asciende a más de 599 millones de hablantes en todo el mundo. Estos datos posicionan al español como la segunda lengua materna más hablada, después del mandarín, lo cual reafirma su relevancia como uno de los idiomas más importantes a nivel global tanto en términos demográficos como culturales y económicos.
Con base en este contexto, Claudia Blanco Sotomayor, licenciada en la Enseñanza de Lenguas Extranjeras, maestra en Ciencias de la Educación y docente de la Universidad Madero en la licenciatura en Lenguas Extranjeras, explicó cuáles son los factores que podrían fomentar el crecimiento del número de personas que hablan el español.
“Desde mi perspectiva, el número de hablantes del idioma español puede experimentar un crecimiento debido a varios factores interrelacionados. Por un lado, las tasas de natalidad en muchos de los países hispanohablantes son muy altas y eso hace que contribuyan al aumento del número de hablantes nativos. A este factor se suma el creciente interés por países de habla hispana, como México, que en los últimos años se ha vuelto un destino muy atractivo gracias a su riqueza cultural y, desde luego, a un crecimiento económico que ha sido evidente en estos últimos años. En este sentido, aprender español adquiere un valor como una lengua útil. Por otro lado, la globalización ha permitido que el español gane presencia en campos como el turismo, atrayendo a nuevos interesados por nuestro idioma”.
Por otra parte, la docente de UMAD detalló cuáles son algunas variables que, por el contrario, podrían propiciar una disminución en la cifra de hispanohablantes.
“La migración tiene un impacto significativo en la expansión y transformación del uso de los idiomas, particularmente el español, como sucede en Estados Unidos. El español se ha convertido en la segunda lengua más hablada y esto genera comunidades bilingües donde el español no solo se conserva, sino que también se adapta y enriquece al interactuar con el inglés y otras lenguas. No obstante, el fenómeno migratorio también puede llevar a una pérdida parcial del idioma en las nuevas generaciones. Los hijos y, desde luego, los nietos de migrantes suelen priorizar el idioma del país receptor, especialmente en ámbitos académicos y laborales”.
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