La rapidez con la que la inteligencia artificial se abre camino en el campo de la comunicación gráfica, audiovisual o textual, entre otras, apertura un abanico de posibilidades tanto creativas como técnicas y estilísticas. Sin embargo, el uso frecuente de la IA puede generar una dependencia tecnológica que, a su vez, propicie riesgos significativos, de mayor o menor impacto según sea el caso.
En lo que respecta al área de artes y humanidades, uno de los principales peligros que podría resultar de esta dependencia respecto a la IA es la pérdida de habilidades tradicionales que han sido la base de disciplinas relacionadas con la generación de contenidos elaborados para ser difundidos en diversas plataformas de comunicación.
Por esta razón, cuando los profesionales confían demasiado en las herramientas de IA, pueden ser tendientes a descuidar el desarrollo de ciertas habilidades como la creatividad manual, la composición artística y el pensamiento crítico.
Con relación a este tema, Arturo Manzano Nieto, maestro en Comunicación Digital e Hipermedia y docente de la Universidad Madero de las licenciaturas en Diseño Digital, Comunicación y Multimedia e Imagen y Relaciones Públicas, comentó: “Como en todas las áreas de desarrollo profesional que se relacionan con la inteligencia artificial considero que ésta debe verse como una herramienta y no como un terminador de producto. El ilustrador o comunicador en cualquier faceta debe tomar algunas ideas y complementar las propias, pero nunca debe perder el hilo conductor del proceso creativo”.
La IA es una herramienta importante que llegó para quedarse, sin embargo, en una primera fase, puede homogenizar los contenidos y limitar la diversidad de estilos y enfoques. Por ello, es prioritario que los estudiantes y profesionales de la comunicación continúen perfeccionando sus competencias tradicionales porque, a partir de esto, pueden ayudarse de la tecnología, pero reafirmando el valor artístico y la calidad creativa de los contenidos de su autoría.
“La tendencia indica que con lo rápido que va avanzando la IA se pudieran sustituir algunas tareas humanas, sin embargo, considero que no debería ser así puesto que el ser humano, el profesional de cada área, tendría que determinar cuando un producto está terminado, es decir, debería tomar como materia prima lo que ofrece la tecnología para después refinarlo porque la sensibilidad humana nunca podrá ser sustituida por la inteligencia artificial y esa es la parte donde todavía se encuentra como factor determinante las cualidades de los profesionales”.
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